viernes, 24 de abril de 2015

NANOCHAGAS


Hoy se presentó al país una interesantísima novedad. Un grupo de investigadores de la UBA (Universidad de Buenos Aires) fabricó un medicamento contra el chagas que estaba en falta hace más de 10 años por decisión de le empresa que lo fabricaba (Bayer); ya no le era rentable. Puede que hasta acá no parezca una gran proesa, pero créanme que lo es. A medida que vayan leyendo se darán cuenta porque…igual se los marcaré.

El medicamento en cuestión se llama Nifurtimox y actúa eliminando del cuerpo los parásitos que generan la enfermedad de Chagas, endémica de América del Sur y de la Argentina. Muy heavy. El parásito nos infecta, vive de nosotros. Aparecen síntomas a todo trapo, toma el sistema nervioso, digestivo y el corazón, lo cual hace de esta una enfermedad mortal si no se trata. El medicamento se aplica sólo a chicos entre 11 y 14 años, y en la fase aguda (es la primera fase. Las otras dos son la indeterminada y la crónica), o sea, ni bien arranca. Cuando avanza y llega a la última fase ya en adultos, el Nifurtimox no surge efecto. 

Pará, ¿Por qué no surge efectos en adultos?

Tranqui. En el 4to párrafo la explicación.

Esta gente hizo algo interesante desde todo punto de vista y se plantea un segundo proyecto más groso aún: obtuvo la droga por nanotecnología. ¿Qué?, con partículas nanométricas…¿Cómo?, con partículas que tienen un diámetro un millón de veces más pequeño que un milímetro… Les dejo un momento para que puedan imaginárselo…….. ¿Ya?.....¿Ahora?...No se preocupen, ni yo me lo puedo imaginar realmente. El otro proyecto que se plantean es generar el medicamento para que actúe en los adultos. Acá se desprenden dos cosas que son las que busco contar: por un lado, ¿qué es eso de las nanopartículas? Y por otro, ¿por qué hay que hacer algo distinto para los adultos?



Tratemos de ver todo en uno. El medicamento elimina a los parásitos que están en la sangre. En adultos, los parásitos no se encuentran solamente en la sangre sino que se meten dentro de las células y forman agrupaciones, como nidos. Acá entraría en acción la nanotecnología. Es una disciplina que consiste en generar y poder “controlar” partículas de un tamaño un millón de veces más chicas que un milímetro (Si, ya sé que lo dije arriba, pero bueno….) La hipótesis que maneja el grupo de investigación es lo más zarpado: las nanopartículas tranquilamente pueden atravesar la membrana de las células, meterse y atacar a estos nidos de parásitos. ¡¡¡Si si si!!!

La gran ventaja de esta “nueva” (por decirlo de alguna forma) disciplina radica en que uno puede meterse en sectores del cuerpo que antes no se podía. Un medicamento normal ingresa a la sangre y viaja por ella, pero no puede meterse en una célula. Bueno, con la nanotecnología sí se puede. Imaginense el campo de acción que esto representa.

El medicamento está en fase prototipo, o sea, se creó una muestrita. Falta pasar a la etapa industrial, de generación en masa y de testeos y toda la bola. Falta ver también el aspecto toxicológico. O sea, falta bocha de tiempo para que llegue a la gente. No pretendo remarcar ninguna cura ni generar falsas esperanzas, simplemente mostrar lo que se puede generar con esta tecnología.

Más adelante seguiré con esta fascinante temática, pero quería presentarla. 

En Argentina está presente la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) y cada vez son más los investigadores que toman parte de esta disciplina que ya dejó de ser un bebe hace tiempo....

viernes, 17 de abril de 2015

PRESENTANDO LA PAREJA BIO Y ECONOMÍA


Ya es hora de presentarla a ella, tan útil, tan de moda hoy en día, tan antigua y nueva a la vez, y tan desconocida para muchos…

El hombre siempre se valió de seres vivos para su subsistencia. No es algo exclusivo, todos los seres vivos se “consumen entre sí”. Lo que sí es nuestro es que no sólo los usamos para alimentarnos, sino para satisfacer otras necesidades humanas. Así, cosechamos verduras y frutas, faneamos animales para alimento y uso del cuero, y precisamos árboles para obtener madera y derivados. Practicamos la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y otras industrias más modernas (no me gusta esta palabra, pero no encontré otra…en mi cabeza). Hasta acá bien. Pero en los últimos años, por necesidad y por interés, hemos comenzado a manipular organismos biológicos con el propósito de generar más productos a partir de ellos, de hacerlos más rendidores, de maximizar su utilización, de ser más sustentables.



Estamos en tiempos en dónde precisamos mirar más a nuestro alrededor, cuidar más lo que tenemos y ser lo más rendidores posibles. Algunos dicen: “Estamos contaminando todo, no hay salida”, ¡pamplinas! (palabra que denota mi edad…ja), siempre hay salida si se actúa a tiempo. Y esto es lo que está pasando hoy. La bioeconomía es la economía basada en la utilización de productos biológicos. Y por utilización me refiero al aprovechamiento al máximo del producto, y a usarlo a conciencia para que siempre sea una fuente de recursos (no esa cosa cavernícola de matar a full, al mejor estilo Homero cazador de bisontes). O sea, de manera sustentable. 

Los dos inconvenientes principales que viene a tratar la bioeconomía son la necesidad y generación de alimentos y la generación de un combustible que no dependa de una fuente no-renovable como el petróleo. Está también la intervención en el campo de la salud, pero dejémoslo para otro momento.



“Pará…pero ¿cómo funciona la cosa?”

“Ok”

El primer paso es obtener los productos biológicos (vegetales, frutas, madera, animales, restos de algo que estuvo vivo..) Estos pasan a llamarse biomasa. Y, obviamente, cuanta mayor cantidad, mayor producción.

Una vez recolectada, la biomasa se trata tecnológicamente para la obtención de productos. Las empresas o fábricas que se dedican a esto se llaman biorrefinerías. ¿Qué necesita entonces una biorrefinería para poder trabajar? BIOMASA. Ella es su insumo. 

Bueno…

“Pará, pará Seba…..dame un ejemplo”

“Mmm…te doy tres. El primero es el posta, el segundo va de la mano y, si sos medio impresionable, el último no lo leas”


Primero, muchas biorrefinerías cosechan trigo o maíz para generar bioetanol o biogás a partir de ellos. ¡¿Que?!, ¿combustible a partir de un vegetal? ¡Yes! Llamémoslos biocombustibles. Sin necesidad de petróleo. Otra biorrefinería argentina produce biocombustible a partir de los restos de madera. Si, así como lo lees.


Segundo, unos investigadores argentinos lograron generar una semilla de maíz y de soja que necesita muy poco agua para desarrollarse, que se banca lo suelos con muuuucha sal y que cuando la regas, crece un 20% más de lo normal. Ya se, ya se…es un transgénico. Si, ¿y? En otro momento me meteré para ver que no tienen nada de malo.

Una muy novedosa, y no apta para impresionables, es una empresa que cría y comercializa pollos. Hasta acá no hay nada diferente. Pero…. a partir de los restos del faneamiento (sangre y plumas) los tipos generan aceites y harinas, ambos comestibles. ¡Sustentables a full!

“Uuuu…casi casi que me dio mucho asquito el último”

“Te dije. Vayamos terminando”

La bioeconomía hoy es una realidad absoluta. Parece futurista la cosa, pero ya está pasando, hace tiempo y en todos los países. En Argentina es zarpado y es cada vez más. Prácticamente no existe, hoy en día, una industria que no pertenezca a la bioeconomía (nunca mentí cuando dije que la biología es la ciencia que está presente en todos los ámbitos…) Hoy no se puede pensar de otra manera que no sea sustentable, no se puede prescindir de la biotecnología… si queremos vivir todos en este mundo.

Esto da para rato y seguiremos exponiendo más adelante porque es un mundo en crecimiento.

viernes, 10 de abril de 2015

EMOCIONÁNDOSE CON EL NEUROMARKETING



Siempre recuerdo la escena de Un Día de Furia en la que el personaje de Michael Douglas recibe una hamburguesa mil veces más chiquita que en el cartel, en donde se veía más grande y apetitosa. La cara, la expresión, la desilusión y bueno, la reacción posterior. ¿Por qué sucede esto? La respuesta está en las palabras neurociencia, cerebro, neurortansmisores, emociones y en neuromarketing ¿Neuro-que? Neuromarketing. Un concepto muy antiguo pero muy en boga actualmente.



Nuestro cuerpo recibe estímulos constantemente y reacciona frente a los mismos. El cerebro es el que manda. Cada estímulo es recibido en una parte de él y como respuesta, comienzan a liberarse una moléculas llamadas neurotransmisores (en varias notas detallaré más). Hay diversos tipos, cada una se lilberará en determinadas situaciones y tendrán la responsabilidad de establecer como nos vamos a sentir. Si estamos a full con algo, aparece la famosa adrenalina. Si nos sentimos plenos con lo que captamos, la dopamina y la oxitocina se encargan de hacernos sentir bien, alegres, y de guardarlo en nuestra memoria. Esta última propiedad es la razón por la cual identificamos momentos y lugares con alegría. Si vivimos momentos de placer, el cerebro nos lo hará recordar. Los estímulos los captamos por los oídos, por la nariz, por la piel y por los ojos principalmente. 

Toda esta info es utilizada por el neuromarketing. Es una rama del marketing que intenta generar la liberación de los neurotransmisores que nos hacen sentir bien, alegres, plenos. Esto lo hace a través de imágenes, olores y sonidos. Coca-Cola por ejemplo, utiliza el rojo porque es un color que “nos hace sentir activos, alegres”. La empresa Nestle había registrado en Europa la “Felicidad” (la palabra, eh) porque es una palabra que despierta alegría. Los locales de comidas rápidas muestras las hamburguesas con colores y formas llamativas en sus carteles. Eso es captado por nuestros ojos, llega al cerebro y se produce la liberación de neurotransmisores que generan bienestar. Heineken utiliza el verde por ser un color que genera calma y esperanza. Todo, claro está, se produce por la liberación de neurotransmisores.



Un capítulo aparte merece la música y su relación con el cerebro. Me quedaré en lo que respecta a las emociones. A prácticamente nadie le sorprendería leer que la música estimula nuestros sentimientos, es así. Pero la ciencia fue más allá. Hoy se sabe que los sonidos (los lindos…) aumentan nuestra sensibilidad frente a la realidad. Además, y esto es muy loco, aumentan nuestras capacidades para percibir las emociones de otras personas… ¡Muy cool! Por todo esto, la música resulta fundamental en un aviso comercial. No me olvido más la publicidad de coca-cola….

“Seba, ¿no tenés otro ejemplo que no sea Coca-Cola?”

“Bueno…. Es que los tipos manejan muy bien todos los estímulos…Ok..”

Una conocida cervecera argentina cuyo nombre empieza con “Q” de Quilmes, siempre tuvo muy en claro esta ideología y eligió temas pegadizos para sus publicidades. Claro (telefonía) también lo hizo con un recordado spot del verano. Y Coca-Cola marcó un hito con el spot “Es sentir de verdad” (la usé finalmente…ja)



Prácticamente todas las empresas usan algo de esta info, y algunas lo hacen con conocimiento específico. No sé si está mal o bien del todo, pero lo que sí sé son dos cosas: 1) funciona y 2) puede ser un elemento peligroso si uno no está muy consciente de todo lo que esto representa. Pueden ocurrir miles de situaciones, pero una de ellas es la desilusión y la posible depresión momentánea al darse cuenta que el producto no es lo que mostraba el cartel, como sucedió en la película o como me pasó a mis diez años. Recuerdo que ví la espada y la garra de los Thunder-cats (sólo para generaciones ochentosas o anteriores) en la tele y en una juguetería. Gran publicidad. Me dije: “Wow!!!, si me la compro soy Lion-o”. Una cagada resultó: la espada era un pedazo de plástico de porquería que se me rompió al toque. De la garra ni hablar: ni siquiera me entraba en la mano. Todo me costó 100 australes, mis ahorros. Me invadió la angustia hasta el llanto. Creo que algo aprendí después de eso porque no volví a creerle a los auspicios. La angustia llega por la supresión de la dopamina. Tenía un montón en mi cerebro al momento de ir a comprarla, esta chocho!!. Cuando ví lo que era, chau dopamina, chau alegría.




Otros dos conocimientos que toma el neuromarketing, los experimentamos todos cuando fuimos a comprar un producto, sobre todo electrónico. Ellos son: 1) las decisiones que tomamos se llevan a cabo mediante las emociones y no por la razón y 2) mientras se mantiene la liberación de neurotransmisores tipo dopamina y oxitocina, estamos a full. ¿A qué aplica esto? Al hecho de que cuando vas a comprar, el vendedor tiene que asegurarse de tenerte ahí al palo todo el tiempo. De hacer todo lo posible porque compres ahí y ya. Tiene una respuesta y ofrecimiento para cada duda tuya. Tus neurotransmisores están bien arriba, las emociones también y entonces es casi seguro que digas: “Siiii, dame el maldito televisor de 42’’ a $35.000 y el iphone y se va todo a la m….”. En cambio, si deja que te vayas a casa a “evaluar” la propuesta, ¡cagó!, porque te enfriaste. No estás con los neurotransmisores a full y hay muy pocas posibilidades de que vuelvas a comprarlo.

Todo está armado para el consumo. Repito, no sé si está mal o bien todo esto. Pero sí hay que estar atentos. Y hay que evitar caer en las redes neuromarketineras….ja.



martes, 7 de abril de 2015

ENFERMÁNDOSE DE VACUNAS




Allá por el año 1347 llegaba a Europa procedente de Asia la enfermedad más devastadora de todos los tiempos, la Peste Bubónica o peste negra. Las cifras son poco certeras, algunos hablan de 100 millones de muertos, otros hablan de 70 millones. Lo cierto es que fue altamente destructiva (texto aparte que dedicaré debido a nuevas investigaciones que aparecieron) llevándose a un tercio de la población europea. El sarampión aparecía en escena en Persia cerca del año 900. Para 1757 se identificó al agente que lo causaba: un virus. Mató a millones de personas a lo largo de la historia y aunque hoy continúa latente, su mortandad no es lo que era antes. En 1918 llegaba la famosa Peste Española, una variante del virus de influenza de tipo A (Si, de la familia que causó revuelos por la Argentina en 2009). Como dije, en 2009 tuvimos acá un brote de la famosa Gripe A. 



Estas son muy pocos ejemplos, pero han habido gran cantidad de enfermedades a lo largo de nuestra historia y las siguen y seguirán habiendo. Y está bien que sea así porque, conjuntamente con nuestro sentido de autodestrucción, son el principal factor que regula la población humana. Tampoco es cuestión de dejar que existan mortandades tan altas como en aquellos tiempos. ¿Por qué habría que prescindir de la ciencia cuando está lista para ayudarnos a transitar mejor nuestro paso por este planeta? (sonó medio frase de autoayuda, pero bueh). Las vacunas son el instrumento que la ciencia pone a nuestra disposición. Aparecieron en 1796 para combatir la viruela de las vacas, o viruela vacuna (de ahí su nombre, ja!) y desde ese entonces no dejaron de evolucionar. 

En nuestro país mismo hoy contamos con un calendario de vacunación de 19 obligatorias y gratuitas (el esfuerzo realizado por el Ministerio de Salud desde 2008 merece un capítulo aparte. También lo merece el INEVH) que cubren una mayor parte de las enfermedades que aquejan a los niños.

No solamente existen vacunas nuevas y se está trabajando en más, sino que existen nuevas corrientes de pensamiento. El concepto de inmunidad colectiva es absolutamente fascinante, aunque su lógica sea algo que todos en algún momento hemos pensado. Se trata de concebir a la vacunación como un acto de responsabilidad social, colectiva y no individual. Ejemplificado, si en una sociedad el número de vacunados es bajo, cuando aparece una enfermedad se esparce como el agua. Todos son aptos para enfermarse. Ahora bien, si la cantidad de vacunados es alta, entonces el virus o bacteria que causa esa enfermedad no puede propagarse. Enferma a uno pero no puede contagiar, porque están todos inmunizados. Está más imposibilitado que Spiderman en el desierto. 




También se sumó el concepto de campañas de vacunación, que es la forma en la que un país se vale para acercar el producto a la sociedad. Entonces….

“Pará pará Seba. Bancá, ¿WTF es una vacuna?”. 

“Mmmm…ok, ya estaba por cerrar mi nota, pero está perfecto”. Cada enfermedad está ocasionada por un agente biológico: un virus, una bacteria o un hongo principalmente (hay más, pero dejalo ahí). Puede ocasionar la enfermedad tanto el agente mismo como alguna sustancia que posea (un veneno, ponele). Entonces a esto se lo llama antígeno. La vacuna pretende darle las herramientas necesarias al cuerpo para que éste combata a los antígenos. No es que la vacuna misma es la que mata al agente, no.

Las vacunas son un preparado especial en el cual se inactiva o debilita al agente que causa la enfermedad. Esto es lo que se administra al paciente. De esta forma el cuerpo puede reconocer, estudiar al agente y fabricar las estructuras necesarias para combatirlo. Estas estructuras se denominan anticuerpos y son un parte principal del sistema de defensa del cuerpo o sistema inmune. Así, cuando una persona entra en contacto con el agente para el cual fue vacunado, las defensas se encargaran de protegerlo para que no se enferme o lo haga en forma leve.

Lo importante a tener presente es el concepto de memoria inmune. Esto es simple: una vez que el cuerpo reconoce y fabricó defensas contra un organismo, éstas quedan en su base de datos y no se borran más.

“¿Estamos bien?”.

“Si Seba”.

Listo entonces. Todo esto forma parte de una nueva corriente de acción y pensamiento por parte de médicos, biólogos (los mejores profesionales de la ciencia, obvio), bioquímicos y demás profesionales. De un cambio en la sociedad que continúa. ¿Hasta dónde?, vaya uno a saber. Lo cierto es que las vacunas dejan en ridículo a ciertas enfermedades y eso es lo válido. Ya no se muere la gente de peste negra o de varicela. Vacunen, vacúnense.

Les dejo un video muy copado.