martes, 31 de marzo de 2015

CIENCIA, CREENCIA Y ALGO MÁS



La ciencia representa preguntas, ideas, búsquedas, confirmaciones. Las creencias ancestrales tienen una sabiduría determinada, tienen una conexión con la naturaleza que las hace respetables y admirables en un punto. Pero cuando aparecen la estupidez, el descreimiento y la ignorancia humana, ya la cosa se torna complicada, rebuscada. 

Estas creencias ancestrales, la estupidez humana y la ciencia existen simultáneamente, pero ¿Cómo deben convivir? ¿Hasta dónde debe llegar cada una? El famoso “Hombre de Kennewick” es un ejemplo perfecto.

En 1996 un grupo de paleontólogos encontró los restos de un ser humano a orillas del río Columbia en Kennewick, el estado de Washington, Estados Unidos. Mediante estudios por carbono radiactivo se estimó su edad en más de 9.000 años. Lo llamaron el “Hombre de Kennewick” (sin complicaciones, ¿no?). Cuando comenzó toda la movida, muchos se sorprendieron por algunas peculiaridades: este ser humano encontrado tenía rasgos diferentes a los nativos de la zona, lo que podía indicar que pertenecía a otro lado y que había viajado hacia allí. ¿Se dan cuenta?, eso indicaría que había ocurrido un movimiento migratorio, otro de los tantos que realizaron nuestros antepasados. En este caso procedente de Islandia o por un cruce del famoso estrecho de Bering (aunque son solo 80 km por mar, te la regalo viajar a esa altitud, por esas aguas y en eso años. Tremendo frío habrá pasado).





Finalmente, cuando se disponían a realizarle estudios de ADN para averiguar su historia, las autoridades del lugar se apropiaron del esqueleto para entregárselo a las tribus locales que querían enterrarlo y realizar los rituales propios acorde a sus creencias. Ellos creían que era un americano nativo. Tremenda revuelta se armó por la posibilidad de perder evidencias de nuestra historia. ¿Se entiende la magnitud de lo que se iba a hacer? ¿Qué evidencias tenía esa tribu para asegurar que el hombre de Kennewick era parte de ellos? En medio de todo apareció una secta nórdica que aseguraba que el esqueleto era un vikingo. Por el peso de sus reclamos, obtuvieron el permiso para realizarle un ritual, propio de esta nueva tribu en acción. Los nativos americanos enfurecieron creyendo que esto “alteraría las condiciones del espíritu”. ¿Oh, y ahora quien podrá ayudarnos? No, el chapulín colorado, no. El ADN. Su estudio sería el único capaz de esclarecer el misterio. La comunidad científica entró en la puja y luego de varios juicios ganaron el caso en 2002. La corte dijo que no pertenecían a ninguna tribu que lo reclamaba. Nadie apeló. Los huesos iban a ser analizados.

De todas formas fueron muchas idas y vueltas posteriores. Peleas, discusiones, egos… Hoy estamos a la espera de los resultados finales de los estudios de ADN que comenzaron hace poco. Como todo esto, el proceso lógico será esperar que salga publicado el paper en alguna revista científica de prestigio (seguro será Nature) y muchos científicos competirán para obtener la primicia (¿lucha de egos? no, si te parece).

Lo que hoy se sabe es que murió a una edad cercana a los 40 años. Medía entre 1,7 y 1,73 metros. Tenía entre 5 y 6 costillas fracturadas y diversos golpes en la cabeza. También tenía una fractura en el hombro. Todo esto habla de su estilo de vida: se pensaba que era un viajero que no tuvo mucho tiempo de recuperarse. Probablemente un cazador con lanza. De hecho, había tenido una punta de lanza incrustada en su pelvis, pero que no le ocasionó la muerte ya que había ocurrido años antes. Esto se dedujo y obtuvo a partir de estudios químicos en el material.

Estos huesos permiten entender y conocer mucho sobre los movimientos migratorios del ser humano. Cómo llegaron a esas zonas, de dónde salieron, hacia donde partieron. Permite saber quienes somos y de donde venimos. Un libro entero fue escrito sobre las diferentes historias que atravesaron los huesos del Hombre de Kennewick. Participaron 48 autores distintos. Se llama Kennewick Man: The Scientific Investigation of an Ancient American Skeleton.

¿Qué hubiera sucedido?, ¿cuánto hubiéramos perdido si se hubiera dejado en manos de la “creencia”? El Hombre de Kennewick estaría enterrado hoy por la tribu nativa y todos sus secretos perdidos. 

Las creencias de los antepasados son respetables, pero el fanatismo y la idiotez humana no. Nada bueno se logra desde esos sentimientos.

Muchos más detalles en:

http://www.huffingtonpost.com/2015/01/22/kennewick-man-dna-test_n_6516562.html

http://www.mnh.si.edu/arctic/html/kennewick_man.html


miércoles, 25 de marzo de 2015

LIBEREN A SANDRA

Hacia fines del año pasado se consideró a Sandra, un orangutan hembra de 29 años de edad nacida en Alemania y habitante del zoo porteño hace 20, "sujeto no-humano". Algo inédito en el mundo.

El fanatismo no se hizo esperar y al grito de "liberenla", medios de comunicación nacionales e internacionales coparon las puertas del zoo. 

Desde mi punto de vista, quiero aclarar unas cositas:

Primero, me parece bárbaro que se sumen mas derechos a los animales. Pero liberar a un orangutan que pasó practicamente toda su vida fuera de su habitat natural, no puede serle beneficioso en lo más mínimo. No tiene ni adquirirá las herramientas básicas para su subsistencia.

Segundo, hay que tener en cuenta la nueva visión de los zoos. Hoy en día aparecen como lugares que recopilan y guardan material genético de especies animales con el fin de asistir geneticamente a poblaciones que se encuentren en riesgos importantes de extinción. Representan una fuente de variabilidad genética que muchas poblaciones naturales ya no tienen.

Tercero, hablan de liberarla y enviarla a un santuario. ¿Alguien realmente vió como son los santuarios? No son como al que fue Stampy (refe a Los Simpsons). Son lugares cerrados, con menor asistencia veterinaria que un zoo, con menores cuidados que un zoo, hasta a veces son celdas de cemento abosluto, sin color verde presente....en fin.

Cuarto, si la normativa dice que hay que liberarla, entonces eso implica abrirle la jaula, mas o menos. ¿Y adónde va a ir? ¿A pasear por el zoo de palermo, sale a la avenida Libertador y se toma un taxi? ¿Se sube al subte en la estación Plaza Italia?

Ojo con el fanatismo ecológico, puede ocasionar inconvenientes mayores. Como siempre, hay que recolectar mucha info, informarse sobre el tema de manera multidisciplinaria y luego opinar...

lunes, 16 de marzo de 2015

DIME COLORES, FORMAS Y TE DIRE QUE COMES



Comemos para nutrirnos. Nada nuevo es esto. De todo lo que comemos, una parte va para nuestras células, otra parte se almacena y otra, prácticamente, sigue de largo. Lo que llega a las células es utilizado para producir energía. De esta utilización se produce un desecho que, dependiendo de qué tipo de alimento sea, se elimina por la exhalación o por la orina. Entonces, lo que eliminamos por materia fecal es lo que siguió de largo y ni siquiera llegó a las células del cuerpo. Lo que eliminamos por la orina, es lo que desecharon nuestras células luego de comer proteínas. Todo ese desecho se transforma en urea y se pierde por la orina.

Pero, ¿Qué hay de groso hasta acá?...nada. O quizá nada. Lo groso es que el color y el olor de la orina delata lo que comimos. Veamos un poco.

El color de la orina está muy relacionado con la cantidad de agua que tomaste. La siguiente infografía lo muestra muy bien, comparando con el color de las cervezas.



Las carnes tienen mucha proteína. Más del 20% de su composición, son proteínas (comparado con los 1 o 2% que tienen las verduras…). Esto significa gran cantidad de urea. Por ende, el color del pis será de un amarillo concentrado tirando a marrón. Ni hablar del olor si comiste un asado con molleja, chinchulín y toda la pantomima.

El café, una bebida sublime para mi, conjuntamente con el alcohol, generan una orina con bastante olor ya que son diuréticos naturales. Como hacés mucho pis, muchas sustancias presentes en la orina, como el ácido úrico, se concentran más ante la falta de agua.

Los espárragos son los que topean en cuanto al olor. Muy fuerte. La orina toma un color amarillo fuerte y un olor como a huevo podrido. Esto es por la alta cantidad de azufre que contienen. Aconsejable entonces taparse la nariz, pero no los ojos porque si sos hombre, podés mear afuera y eso aumenta la asquerosidad.

Lo otro groso que quiero resaltar tiene que ver con la materia fecal. La forma y textura que tengan las deposiciones hablan mucho de lo que uno viene comiendo y de posibles afecciones corporales (lo último lo dejo de lado). Esto es bien sabido, tanto que cuando estamos medio flojos los médicos nos prohíben ciertas cosas como jugos de naranja, café, y nos indican que comamos arroz y fideos, entre otras cosas.

Tan importante son las formas que hasta hay una escala universal para ranquearlas y es la Escala de Heces de Bristol. Esta escala separan a las deposiciones en 7 tipos, siendo el 1 el de estreñimiento (no sale) y el 7 el de diarrea total. La pueden ver a continuación (las comparaciones son muy graciosas)



Ambas eliminaciones hablan entonces de lo que comimos y de lo que le pasa al cuerpo. A prestarle mucha atención entonces.



martes, 3 de marzo de 2015

MANOS A LA OBRA

Una buena manera de pelear contra problemáticas de gran magnitud es la búsqueda de soluciones locales. Y más ahora aprovechando el boom tecnológico.

Una empresa de videos para adultos fabricó el prototipo de una pulsera de mano, que convierte los movimientos generados por la mano durante la masturbación, en energía eléctrica. ¡Si!, así es. (les dejo la libre interpretación de pensamientos y magnitud de los mismos a cada uno...)

Si bien está en etapas de prueba y de testeo, puede representar una idea interesante y controversial para algunos sectores.

Lo cierto es que el ingenio humano está presente siempre...y de eso se trata.

Les dejo el link

http://www.abc.es/tecnologia/20150301/abci-pulsera-electricidad-porno-201503011334.html