LA FE NO MUEVE MONTAÑAS NI NADA

Muchas veces he escuchado esta frase. Ahora ya no tanto. Pero igual está impregnada en la sociedad como una verdad… para algunos. Es más, mucha gente la repite fascinado y convencido de lo que está diciendo. Algunos tan fanatizados que se sumergen en la palabra “fe” como bandera de sus vidas, como luz que les marca el camino. Ante situaciones difíciles, acuden a la fe. Ahora, ¿saben realmente lo que están diciendo? ¿Saben el significado de “fe”? Tanto la frase como el uso de la palabra “fe” son algo que atenta contra la creencia en uno mismo (que es lo fundamental) y contra la inteligencia humana.

Vamos a desmenuzar un poco el dicho y llegaremos a “la verdad”

Si uno googlea la frase, aparecen miles de sitios webs con un sinfín de oraciones que repiten palabras a lo loco, con un fanatismo que roza lo vulgar y ridículo, en algunos casos. Algunos dicen cosas como “Creer que Jesús puede hacerlo” o “Si crees en la fe, un día no muy lejano serás libre de viejas cadenas que nunca pensaste superar”. La explicación más acertada sería entender que si uno tiene “fe”, puede lograr cosas imposibles… como mover una montaña. Desde este aspecto, el problema con la frase no es la frase en sí, sino la palabra “fe”. ¿Qué es entonces fe?

Si buscamos su significado también nos encontraremos con varias y diversas acepciones. Según la RAE es un “Conjunto de creencias de una religión” o “Conjunto de creencias de alguien”. También la define como la “primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la iglesia” Ya vemos aquí un primer indicio. En otras webs que siguen la religión católica – cristiana, encontraremos cosas como “creencia y esperanza personal en la existencia de un ser superior”; otra que dice que es “convicción de lo que no se ve”, y una que la define como “esperanza en cosas que no se ven y que son verdaderas”. 

De todas formas, mi definición favorita (sarcasticamente) aparece al pretender tener fe en Jesus y dice así: confiar en él y obedecer sus pensamientos. 

Conclusiones

La primera conclusión que obtengo rápidamente es que nadie sabe bien qué es la fe.

Por otro lado, si juntamos un poco y aplicamos ingenio, podemos ver que se trata de una convicción (o sea, una seguridad) en algo que no se ve, pero que está y es válido (¿según quien?) Al tomar en cuenta la de Jesus ya notamos algo extraño en el tema confiar y obedecer. Esas cuatro palabras resaltadas en negritas son la clave. La fe sería entonces como una creencia total y ciega, sin cuestionamientos, sin preguntas, sin razonamiento, que te lleva a seguir unas pautas, las del supuesto “amor incondicional”. En resumen: sería algo como “no cuestiones y obedecé lo que te digo”

Lo que quiero cuestionar es justamente eso. Eso que la religión trata de establecer entre sus clientes para que estos den y hagan sin preguntar. Eso de no cuestionar y obedecer. Es un atentado contra nuestra condición humana, contra nuestra capacidad de pensar y de poder elegir nuestro camino, tan maravillosas ambas.

Entonces, esa frase, “la fe mueve montañas” no tiene sentido. La fe no mueve nada. Somos seres pensantes y por ende tenemos que evaluar, razonar, cuestionar y creer. Es nuestro derecho, nuestro privilegio ¿Creer en que?, no en que, sino en quien. En nosotros mismos. En cada uno. Cada persona es responsable de su vida y debe confiar en sí misma, porque lo que quiera hacer, solo es posible si lo hace ella. Si queremos mover una montaña, eso será capaz si creemos en nosotros y que nosotros podemos hacerlo.

Ya lo dijo perfectamente la muñeca Lisa Corazón de León en Los Simpsons: confía en ti mismo y podrás lograr todo lo que quieras.

Sebastián Barbosa
@Sebasezequiel23